El problema identificado es la mala calidad del aire en Valdivia debido a la utilización de calefacción en base a leña (biomasa), lo que genera efectos nocivos para la salud de sus habitantes. 

La comuna de Valdivia fue declarada como zona saturada por material particulado respirable (MP10) y por material particulado respirable fino (MP2,5) en el año 2014. 

La combustión residencial es la principal fuente de estas emisiones tanto para MP10 como para MP2,5, representando el 90,7% y 94,1%, respectivamente (MMA, 2016:13). Las elevadas emisiones de material particulado, tienen su origen en la humedad de la leña (Reyes, 2015; Schueftan y González, 2015). Mientras mayor sea el contenido de humedad de la leña, la energía que se invierte, en vez de generar calor, se está utilizando en eliminar el exceso de agua, lo que da lugar a productos de combustión incompleta; básicamente monóxido de carbono, pero también benceno, butadieno, formaldehído, hidrocarburos poliaromáticos y muchos otros compuestos peligrosos para la salud[1]. 

De acuerdo al ranking de las ciudades contaminadas en Chile[2], Valdivia estuvo en el número 13 de las comunas con peor calidad del aire en el año 2021 y durante el año 2022 presentó un total de 50 episodios críticos, a saber: 

Según Oyarzún y Valdivia (2021), la contaminación por material particulado PM10 y PM2,5 está vinculada con un incremento en la frecuencia de infecciones virales en niños, como influenza, virus respiratorio sincicial (VRS) y resfriados. Además, en el grupo escolar, la exposición a estos contaminantes incrementa la tasa de hospitalización por influenza. En ciudades que registran más de 100 días con altos niveles de contaminación ambiental (CA), se observa un aumento en las tasas de infección por COVID-19 (Oyarzún & Valdivia, 2021). 

La investigación también subraya una disminución en la función pulmonar, tanto en volumen como en flujos, en niños expuestos a altos niveles de contaminación. Aunque este impacto es moderado en términos absolutos (10 a 16 ml/año en capacidad vital forzada (CVF) y volumen espiratorio forzado en un segundo (VEF1)), sus efectos a largo plazo pueden ser significativos, ya que la exposición temprana a la CA predispone a los niños a tener menores valores basales de función pulmonar. Esto implica que, al desarrollar enfermedades como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en la adultez, estos individuos enfrentarán la patología con una capacidad pulmonar reducida en comparación con quienes no fueron expuestos a CA desde edades tempranas (Oyarzún & Valdivia, 2021). 

Entre los factores que influyen en el desarrollo del asma inducida o exacerbada por la CA, se han identificado el daño sostenido por estrés oxidativo, remodelación de las vías respiratorias, inflamación y una mayor sensibilización a aeroalergenos. Se estima que aproximadamente el 13% de los nuevos casos de asma a nivel global se pueden atribuir a la exposición al dióxido de nitrógeno (NO2) y sus derivados, porcentaje que en Santiago podría alcanzar hasta el 30%, según datos de monitoreo de calidad del aire (Oyarzún & Valdivia, 2021). 

Las concentraciones de monóxido de carbono (CO) y NO2 están directamente relacionadas con episodios de infecciones respiratorias agudas. Los derivados del óxido de nitrógeno (NOx) también muestran una asociación positiva con los episodios de bronquiolitis. Estudios realizados en la ciudad de Calama indican que la temperatura y la humedad relativa, junto con las concentraciones de NOx, CO y dióxido de azufre (SO2), se correlacionan significativamente con el aumento de consultas de urgencia respiratoria en niños de entre 5 y 14 años, tanto en servicios de Atención Primaria de Salud (SAPU y SAR) como en emergencias del Hospital Carlos Cisternas, a 2,400 metros sobre el nivel del mar (Oyarzún & Valdivia, 2021).

[1] https://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/169886/Contaminacion-atmosferica-y-consumo-de-lena-en-Valdivia.pdf?sequence=1 

[2] https://codexverde.cl/ranking-de-las-comunas-de-chile-con-peor-calidad-del-aire-durante-2021/